Alrededor de 1 de cada 25 palestinos en Gaza han perdido la vida o están heridos, dice Islamic Relief mientras los bombardeos de Israel continúan sin cesar.
Las últimas cifras estiman alrededor de 89.000 víctimas, más de 25.000 fallecidos y más de 63.000 personas heridas, muchas de ellas han sufrido lesiones que les han cambiado la vida, como la pérdida de extremidades. La mayoría de las víctimas son civiles, incluidos muchos niños pequeños. Las cifras pueden ser incluso mayores, ya que aún se desconoce el paradero de muchos cadáveres bajo los escombros.
A muchos de los heridos se les niega una atención sanitaria aceptable, y menos de la mitad de los hospitales de Gaza funcionan ahora siquiera parcialmente. Hay informes de médicos que han tenido que amputar brazos y piernas a niños sin anestesia debido a la crítica escasez de medicamentos y suministros médicos. Según los informes, otras personas han muerto desangradas en las calles al no poder recibir tratamiento.
La combinación de intensos bombardeos, enfermedades y hambre significa que el número de muertos seguirá aumentando a menos que los líderes mundiales actúen para exigir un alto el fuego inmediato y el fin del asedio por parte de Israel.
Cientos de miles de personas más se enfrentan a la hambruna, ya que los medios locales de producción de alimentos han sido destruidos y no se permite la entrada de suficientes alimentos a Gaza. Los trabajadores humanitarios informan sobre niños desesperados obligados a comer hojas o restos de comida que encuentran en la calle.
Con 1,7 millones de personas desplazadas de sus hogares (la mayoría de ellas ahora hacinadas en pequeñas zonas del sur de Gaza), los refugios se están convirtiendo en trampas mortales donde las enfermedades se propagan rápidamente. Las graves condiciones de hacinamiento y la falta de agua potable significan que los casos de enfermedades como ictericia, hepatitis A y diarrea se han disparado, especialmente entre los niños pequeños. La ONU ha registrado casi un cuarto de millón de casos de infecciones respiratorias agudas, que ahora afectan a una de cada 10 personas en toda Gaza.
A pesar de esta catástrofe humanitaria, la cantidad de ayuda que llega a Gaza ha vuelto a disminuir en los últimos días, mientras Israel continúa imponiendo restricciones sobre lo que se permite y no se permite la entrada. Se impide la entrega de la mayoría de los suministros a la población del norte de Gaza. Alrededor de 500 camiones cada día solían entrar en Gaza incluso antes de la última escalada; ahora las necesidades son mucho mayores, pero en enero sólo han entrado unos 100 camiones al día y el último total diario se redujo a sólo 66 camiones.
Islamic Relief está entregando comidas preparadas diariamente a personas en los refugios y hasta ahora ha distribuido más de 1 millón de comidas, así como kits de higiene y apoyo psicosocial para niños, pero la enormidad de la crisis significa que se necesita mucho más.