domingo, 7 abril 2024

Desde el comienzo el 7 de octubre de una escalada de la violencia sin precedentes, la vida en Gaza es un sin vivir. Las familias han sido desplazadas de sus hogares con poco más que la ropa puesta que llevaban.

Con la hambruna acechando, desplazados y hambrientos, los padres y las madres gacetíes se encuentran ante la imposible tarea de procurar seguridad y alimentos a sus hijos en medio de tanta violencia e incertidumbre.

El colegio se ha convertido en poco más que un vago recuerdo para muchos de niños, ya que muchas escuelas han sido destruidas o convertidas en los tan necesitados refugios. 

En medio de todo este trastorno, niños como Mariam sienten que su infancia se les está escapando:

“Tengo la sensación de haber envejecido más años que los que tengo” nos cuenta esta niña de 10 años. “Mi familia y yo estamos viviendo los peores días de nuestras vidas por el miedo, el terror, la inseguridad, el frío, el hambre y la sed. Nunca nos imaginamos que viviríamos días así. Nos han robado nuestra infancia entera y nuestro derecho a vivir una vida segura.”

Desafortunadamente, esta no es la primera vez Mariam presencia ataques y bombardeos. Sin embargo, nunca antes había vivido estos niveles de violencia. 

Más de 33.000 personas han sido asesinadas en Gaza desde octubre, incluyendo a más de 14.000 niños. Más de 200 trabajadores humanitarios han muerto, además de médicos y periodistas. Las fuerzas israelíes han matado a padres que intentaban llegar a los camiones de ayuda humanitaria para conseguir algo con lo que alimentar a sus familias. Mientras, el número de muertos por hambre en Gaza continúa subiendo, con numerosos casos de niños muriendo por desnutrición y deshidratación.

Más de 75.600 personas han resultado heridas, mientras que más de 7.000 continúan desaparecidas, según las autoridades locales. 

Tras más de 180 días de bombardeos, hospitales, hogares e infraestructura vital han quedado reducidos a nada más que escombros. Barrios enteros son ahora inhabitables e irreconocibles. El nivel de destrucción es difícil de asimilar y continuará empeorando si no se produce un alto al fuego. 

Dormíamos bajo la protección de Allah

Al igual que al más del millón de personas que recibieron la orden de abandonar sus hogares en las primeras semanas de esta crisis, Hanaa, la madre de Mariam, también recibió la orden, pero se resistió a dejar atrás el que un día fue su hogar durante más de un mes, resguardándose allí con sus 4 hijos.

“Dormíamos bajo la protección de Allah cuando, de repente, un misil cayó en nuestro salón. Afortunadamente no estalló. Salimos corriendo en mitad de la noche y pasamos la noche entera en la calle, pasando frío, miedo, con explosivos y misiles volando por encima de nuestras cabezas. No sabíamos a dónde ir.”

Esta familia huyó de su casa sin nada, y fue a buscar cobijo junto a unos familiares en el campamento de Jabalia. Pero no permanecieron allí por mucho tiempo.

“La muerte nos continuaba persiguiendo,”nos cuenta Hanaa. “Al anochecer, comenzaron a caer misiles durante toda la noche. Las paredes de la casa colapsaron por las intensas explosiones. Esperamos hasta el amanecer y decidimos ir a una escuela con la esperanza de estar seguros allí. Justo unos minutos antes de llegar a la escuela, ésta fue bombardeada y a duras penas nos salvamos de la muerte por tercera vez.”

Hanaa y sus hijos huyeron hacia el sur, quedándose con su familia en Rafah tan sólo una noche.

“Cuando se hizo de día, deseé que no hubiera amanecido para poder descansar algo más. Estábamos agotados. Habíamos estado andando desde el norte hasta el sur de Gaza. No sabía a dónde ir con mis hijos y soportando el frío. No teníamos ni mantas ni ropa de abrigo con la que taparnos y ni nada de dinero con el que comprar algo en las tiendas.”

Por suerte, uno de los hijos de Hanaa, Mohammed, se acordó de un pariente que vivía en el sur, quien acogió a la familia a pesar de que él también estaba desplazado. La familia ahora se cobija en una tienda dentro de una escuela junto a 15 personas más. Es difícil vivir en un espacio tan reducido, Hanaa y sus hijos al principio dormían encima de bolsas antes de encontrar colchones. Conseguir suficiente comida es un reto constante.

“Cuando llegamos al sur, no había ni harina, ni pan, ni verdura. Pero cuando empezó a haber,  eran demasiado caros, más de lo que nos podíamos permitir. Enviaba a mis hijos a los lugares de distribución gratuitos, donde esperaban horas en largas colas, y muchas veces volvían con las manos vacías. Si conseguían obtener algo, era muy poco y no lo suficiente para alimentarnos a todos,” nos dice Hanaa.  Mientras, recuerda cómo sobrevivieron a base de sopa de lentejas durante dos meses y cómo tuvo que aprender a cocinar en una hoguera. 

En el campamento, los hijos de Hanaa contrajeron hepatitis. El tratamiento como vitaminas, suplementos, dulces y medicinas, tenían unos precios inasequibles para esta familia. 

“Nos cuesta encontrar agua para lavarnos, y hay mucha escasez de agua potable. Tampoco tenemos productos higiénicos como desinfectante, champú, jabón, entre otros muchos elementos de primera necesidad que ayudan a prevenir el contagio de enfermedades”, continúa Hanaa.

Más de 300.000 personas que viven en campamentos como Hanaa y su familia han denunciado tener infecciones respiratorias agudas, mientras que también se han registrado 200.000 casos de diarrea acuosa aguda. Enfermedades como la ictericia, la hepatitis A, la sarna y los sarpullidos han aumentado drásticamente. 

“Ojalá tuviera suficiente dinero para poder montar una tienda para mi familia y para mí, y poder vivir en un ambiente limpio y sano. Nos cae agua de lluvia encima con cada tormenta, empapando la ropa de cama que tarda una semana en secarse. Mis hijos siguen enfermos. Tengo mucho miedo. Tengo miedo de perder a alguno de ellos en estas condiciones horribles.”

Un salvavidas para las familias necesitadas

La familia de Hanaa es una de las más de 10.000 familias a la que apoya el Programa de Apadrinamiento de Niños Huérfanos de Islamic Relief, que se ha incrementado el número de niños huérfanos en Gaza desde octubre para ayudar a cubrir las necesidades de las familias más necesitadas. Las ayudas económicas mensuales, que antes cubrían los gastos de educación y salud, son ahora un salvavidas para la familia. Cuando recibieron la ayuda en esas circunstancias, Hanaa confiesa haber llorado de alegría. 

“Me apresuré a sacar el dinero y fui directa al mercado. Compré tres mantas, harina, algunas verduras y comida enlatada para alimentar a mis hijos. Como no podía encontrar ropa para mi hija Mariam, que estaba muy enferma y necesitaba entrar en calor, le compré un abrigo.”

“Salté de felicidad cuando mi madre volvió con harina, comida y alimentos enlatados para nosotros», recuerda Mariam. “Durante meses estuve deseando poder comerlos y pensaba que posiblemente nunca más volvería a hacerlo. Me puse muy contenta con el abrigo nuevo, así que me lo puse rápidamente y le recé fervorosamente a Allah para que recompensara a la persona que no nos había olvidado en estas circunstancias tan difíciles.”

El Programa de Apadrinamiento de Niños Huérfanos de Islamic Relief es, ahora más que nunca, vital para las familias de Gaza. Una ayuda mensual estándar ayuda a familias como la de Mariam y Hanaa a mantenerse calientes y alimentadas en medio de tanto sufrimiento.

Proporcionando alimentos, agua y alivio

La  peligrosa situación en el terreno desde el 7 de octubre forzó a Islamic Relief a suspender sus proyectos a largo plazo a excepción del Programa de Apadrinamiento de Niños Huérfanos. En su lugar, nuestro equipo y nuestros socios en el terreno se centraron en la respuesta ante tan catastrófica emergencia. 

Hemos preparado y servido más de 10 millones de comidas calientes en refugios, ayudando así a mantener a las personas desplazadas alimentadas en medio de la crisis. En colaboración con el Programa Mundial de Alimentos, hemos proporcionado suplementos nutricionales dos veces por semana a alrededor de 35.000 madres y a sus hijos pequeños para luchar contra la desnutrición. Este programa permite que lleguen paquetes de alimentos con suministros esenciales a 54.000 familias necesitadas. 

Durante los primeros días de la crisis, distribuimos más de 2,3 millones de suministros médicos a centros sanitarios y continuamos apoyando al devastado sector sanitario pagando los sueldos de los médicos en una pequeña consulta médica que se encarga de atención primaria y consultas. 

En los refugios, organizamos juegos y otras actividades para dar algo de alivio y consuelo a los niños desplazados. 

Todo este trabajo es posible gracias a la generosidad de nuestros donantes, y tiene un impacto real en las personas que sufren por sobrevivir. Sin embargo, nuestra labor cubre sólo una pequeña parte de la gran ayuda humanitaria que se necesita en Gaza. Se necesita mucho más apoyo y este no puede ser proporcionado sólamente por organizaciones humanitarias.

No hay ninguna excusa que justifique este desastre causado por el ser humano que está teniendo lugar en Gaza y ante los ojos de toda la humanidad. Israel sigue sin dejar que llegue suficiente ayuda humanitaria a Gaza. Muchos gobiernos internacionales y líderes mundiales son cómplices, o están en riesgo de convertirse en cómplices del sufrimiento, fallando o negándose a actuar para detenerlo. 

Islamic Relief sigue pidiendo un alto al fuego inmediato y permanente, y que se cumpla con la ley internacional. Pedimos el fin del bloqueo de Israel para que la ayuda humanitaria, los artículos comerciales y los suministros esenciales como el combustible puedan llegar a Gaza en una cantidad suficiente para cubrir las necesidades de la población. 

Seguimos pidiéndoles a nuestros donantes y simpatizantes que den lo que puedan para ayudar a la población de Gaza, a quienes les han arrebatado sus hogares, sus medios de vida y su futuro. A pesar de que un plato de comida caliente o un vaso de agua potable no puede borrar su sufrimiento, sí que puede ayudar a las familias a sobrevivir en tan difíciles circunstancias.

Ayuda a Islamic Relief a continuar dando este apoyo tan esencial. Dona ahora a nuestro Fondo de Emergencia en Palestina.

Exige un alto al fuego inmediato y un acceso humanitario sin restricciones a Gaza.

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