Después de tener un sueño premonitorio que predijo la llegada y el ascenso de un enviado de Alá (swt) del pueblo de Israel, Faraón ordenó la supresión de todos los hijos de las mujeres israelitas. Para salvar a su hijo de la ira del faraón, la madre del profeta Moisés, lo depositó en el agua dentro de una cesta, lo que lo transportó a la orilla, cerca de la corte del faraón. Allí fue encontrado por su esposa, Asia, quién le convenció para quedarse el bebé.
Después de un largo viaje en busca de la Verdad, después de conocer y viajar con Al-Khidr (as) y después de caminar durante cinco días en el desierto, el profeta Moisés (as) llegó al pie del Monte Sinaí, y es allí donde fue vestido con el hábito de la profecía, a la edad de 49 años.
Moisés (as) tenía la tarea de liberar al pueblo de Egipto de la opresión del faraón, y de llevarles el Mensaje del Islam. Durante uno de los intentos tuvo lugar el famoso enfrentamiento entre Moisés y los magos más famosos de la corte del faraón, donde tuvo lugar uno de los milagros de la profecía de Moisés, cuando su bastón se convirtió en una serpiente capaz de tragarse todos los hechizos lanzados por los magos. Después de esto, 72 tribus egipcias se convirtieron al Islam, incluidos magos.
Comenzó la huida de Moisés y del pueblo de Israel, amenazado por la ira del faraón, que se negó a postrarse ante el Altísimo. Estos versículos nos revelan quizás el mayor milagro de la profecía de Moisés (as), cuando Alá (swt) creó una ruta de escape para su pueblo dividiendo el mar y creando un camino en su interior.
El pueblo de Israel se salvó así, mientras que el faraón y sus ejércitos, en un intento de seguir a Moisés y su pueblo, se ahogaron en el mar.
Sólo al borde de la muerte, faraón se sometió a Allah (swt), pero lo hizo sólo en un intento de salvarse a sí mismo, y se ahogó junto con su poder en el mar.