Estamos consternados por otra masacre mortal en una escuela del centro de Gaza, donde se ha ordenado a familias desesperadas que se refugien.
Los informes indican que al menos 30 personas han muerto y más de 100 han resultado heridas en la escuela de Deir al Balah, con niños pequeños entre los muertos y los hospitales inundados de víctimas. Estas atrocidades contra los civiles se han convertido en hechos casi cotidianos en Gaza.
La política de Israel de obligar constantemente a los civiles a trasladarse de un lugar a otro, y luego atacar las escuelas y los campamentos a los que les dice que vayan, es inhumana y causa muertes y traumas sin precedentes. Está haciendo que la crisis humanitaria sea aún más catastrófica cada día. Cientos de miles de personas se han visto obligadas a trasladarse de nuevo en las últimas semanas, y muchas familias han sido desplazadas nueve o diez veces desde que se intensificó la crisis.
Alrededor del 83% de Gaza está ahora sujeta a las llamadas «órdenes de evacuación» israelíes o zonas militares de exclusión, con más de 2 millones de personas obligadas a vivir en zonas cada vez más pequeñas donde no pueden acceder a alimentos, agua potable o saneamiento, y donde enfrentan la amenaza constante de nuevos ataques.
Los gobiernos internacionales deben exigir un alto el fuego inmediato y el fin de los constantes desplazamientos forzados y ataques a los civiles que huyen, y garantizar la rendición de cuentas por tales acciones.