Hay más de 330.000 personas desplazadas de sus hogares después de que severas inundaciones azotaran Somalia, informa Islamic Relief.
La información que se ha recibido es que algunas zonas del país han recibido más precipitaciones la semana pasada que las que normalmente reciben durante toda la temporada de lluvias de octubre a diciembre. Al menos 28 personas han muerto y más de 1,1 millones de personas se han visto afectadas, siendo las personas más vulnerables las más afectadas.
Cientos de miles de personas afectadas viven en campamentos de refugiados, lugares a donde anteriormente ya tuvieron que huir escapando de la terrible sequía que ha asolado Somalia durante los últimos tres años. Ahora las inundaciones han destruido muchos refugios, dejando a las familias más vulnerables expuestas a los fuertes vientos y las lluvias constantes. También se han cortado carreteras, lo que ha dejado a la gente sin acceso a una alimentación adecuada.
Varias regiones del sur y centro de Somalia han resultado afectadas, incluidas ciudades importantes como Baidoa y Bardere. Se cree que las lluvias excepcionalmente intensas se deben en parte al efecto El Niño, donde los cambios de temperatura en áreas del Océano Pacífico impactan en las precipitaciones y el clima, y se espera que duren hasta enero, por lo que las inundaciones pueden seguir empeorando.
Aliow Mohamed, Director Ejecutivo de Islamic Relief Somalia dijo:
“Parece como si todo el país se estuviera inundando. La gente ha sufrido mucho por la sequía y ahora sufre por las inundaciones. Este rápido cambio demuestra la creciente volatilidad de nuestro clima y cómo las crisis relacionadas con el clima afectan sobre todo a las personas más vulnerables.
“En los campamentos de refugiados donde trabajamos, la gente ha perdido sus hogares y está expuesta al viento y la lluvia. Muchos tampoco tienen comida, por lo que brindarles sustento y refugio será vital en los próximos días mientras continúen las inundaciones. Las letrinas en los campamentos también han sido destruidas y hay agua estancada, lo que genera grandes preocupaciones sobre la propagación de la malaria y enfermedades transmitidas por el agua”.
Las inundaciones en el suroeste de Somalia han provocado cortes en las carreteras, limitando la capacidad de respuesta de las organizaciones humanitarias. Las oficinas de Islamic Relief también se han inundado.
Actualmente, Islamic Relief está distribuyendo alimentos y subvenciones en efectivo en los campamentos de Baidoa para ayudar a las familias afectadas a conseguir alimentos. La organización está llevando a cabo más evaluaciones de necesidades y planea organizar una respuesta más amplia.
Debido a que ésta es la peor sequía que ha azotado Somalia en décadas, se estima que 8,5 millones de personas en el país necesitan ayuda humanitaria y 1,5 millones de niños padecen desnutrición aguda. A corto plazo, es probable que las inundaciones empeoren aún más la inseguridad alimentaria al perderse ganado y por la destrucción de los cultivos.
Aliow Mohamed dice:
“Creo que la adaptación al clima, la previsión meteorológica y la preparación comunitaria serán clave para hacer frente a cambios climáticos tan dramáticos como los que estamos viendo a día de hoy en Somalia. En la próxima conferencia climática COP28 debemos exigir que los países más ricos y más contaminantes proporcionen más fondos para que esto sea posible”.