La Red de Organizaciones No Gubernamentales Palestinas (PNGO) y la Asociación de Agencias de Desarrollo Internacional (AIDA) acogen con satisfacción el acuerdo de alto el fuego en Gaza y el acuerdo para liberar a los civiles palestinos e israelíes cautivos.
Cualquier cese de la violencia es un primer paso fundamental para aliviar el sufrimiento de los civiles.
Sin embargo, es imperativo destacar que lo que se necesita con urgencia no es solo un alto el fuego temporal sino incondicional, permanente y sostenible que garantice la paz y la seguridad a largo plazo para todos. Pedimos la liberación inmediata de todas las personas que siguen detenidas arbitrariamente, incluidos nuestros compañeros humanitarios y sanitarios de Gaza, muchos de los cuales, según se informa, se encuentran recluidos en condiciones inhumanas y sometidos a tortura, además de verse privados de derechos básicos por parte de Israel, como el acceso al CICR y la representación legal.
Durante más de 15 meses horribles, las agendas políticas y militares en la región y en todo el mundo han obstaculizado los esfuerzos por lograr el alto el fuego permanente que millones de personas en todo el mundo han estado pidiendo, prolongando la violencia incesante y el sufrimiento evitable de los civiles. Durante este período, la negación de ayuda humanitaria, incluidos alimentos, agua, combustible y suministros médicos, se ha utilizado como arma contra los civiles, en violación directa de los Convenios de Ginebra. Como potencia ocupante, Israel está obligado en virtud del Derecho Internacional Humanitario (DIH) a facilitar el acceso humanitario seguro y sin obstáculos en todo momento. Sin embargo, las ONG han presenciado e informado constantemente sobre la negación de ayuda como una forma de castigo colectivo a dos millones de civiles palestinos, la mitad de ellos niños. Esto seguirá siendo un crimen contra la humanidad y no se puede permitir que continúe o vuelva a ocurrir.
Hacemos un llamamiento a la libre circulación y ampliación de la asistencia humanitaria, que debe estar liderada por los palestinos, incluida la sociedad civil y las ONGs. También pedimos a los países vecinos que cumplan con sus obligaciones en virtud del DIH para apoyar estos esfuerzos y garantizar que los cruces permanezcan abiertos. Se debe permitir que las personas desplazadas regresen a sus hogares en todas las partes de la Franja de Gaza para reconstruir sus vidas en condiciones de seguridad y dignidad.
También pedimos que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos para apoyar a los palestinos que necesitan evacuaciones médicas fuera de Gaza debido a la magnitud de los daños a la infraestructura sanitaria y humanitaria. Facilitar las evacuaciones, el tratamiento y el retorno seguro a Gaza es un paso hacia la solución del daño causado por la incapacidad mundial de prevenir esta devastación.
Para abordar las causas profundas del conflicto se requiere un esfuerzo sostenido, que incluya poner fin a la ocupación ilegal de territorio palestino por parte de Israel y al bloqueo de Gaza que dura 17 años. Para que sea posible una paz duradera, estas medidas deben implementarse de conformidad con la Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia del 19 de julio de 2024.
Este alto el fuego en Gaza no puede servir de excusa para intensificar las tensiones o la violencia en Cisjordania o en otras partes de la región. La comunidad internacional debe vigilar y prevenir cualquier evolución de ese tipo con acciones tangibles. Los terceros Estados deben cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional poniendo fin a la transferencia de armas y materiales que alimentan graves violaciones del derecho internacional humanitario. Deben garantizar la rendición de cuentas mediante investigaciones, apoyar a los órganos jurídicos internacionales y establecer un mecanismo internacional para abordar las violaciones en curso. Poner fin a la impunidad es crucial para romper los ciclos de violencia, para los palestinos, la región y toda la humanidad.
Hacemos un llamamiento a todas las partes en el conflicto y a los garantes para que respeten y garanticen la plena aplicación del acuerdo de alto el fuego. Este alto el fuego debe ser sólo el comienzo de un proceso crucial hacia la justicia, la paz y la dignidad para todos. Las voces palestinas deben estar en el centro de todas las negociaciones de reconstrucción para lograr una solución significativa que ponga fin al sufrimiento del pueblo palestino. Ahora más que nunca se necesita atención, apoyo y solidaridad constantes para lograr soluciones duraderas y proteger los derechos de todas las comunidades afectadas.