En la madrugada del 18 de marzo, en un ataque sorpresa, Israel reanudó sus incesantes bombardeos y ataques aéreos en plena noche, mientras la gente dormía en sus casas, tiendas de campaña y refugios
Los informes indican que más de 400 palestinos en Gaza han muerto a causa de los bombardeos israelíes en tan solo unas horas, incluidos muchos niños, y la cifra sigue aumentando.
Durante más de 15 meses, los palestinos en Gaza han soportado hostilidades a gran escala. Un frágil alto el fuego de ocho semanas brindó solo un breve lapso para intensificar la ayuda humanitaria y para que las familias desplazadas y algunos cautivos regresaran a sus hogares.
Pero las violaciones nunca cesaron. El 2 de marzo, Israel cerró todos los cruces para el suministro de ayuda humanitaria y, una semana después, cortó el último suministro eléctrico. El 16 de marzo, ataques israelíes mataron a ocho trabajadores humanitarios y a un periodista en el norte de Gaza. Sin embargo, los palestinos de Gaza y Cisjordania, así como quienes respondieron a la crisis, aún mantenían la esperanza de que algún tipo de alto el fuego se mantuviera.
El horror es inimaginable. Los palestinos de Gaza se han encontrado una vez más en la misma pesadilla que antes del alto el fuego temporal, o incluso peor. Y, una vez más, los aliados de Israel observarán, lamentándose, pero negándose a actuar.
AIDA y sus organizaciones miembros condenan la impunidad que permitió este retorno totalmente evitable a la violencia catastrófica y hacen un llamamiento a todas las partes implicadas, incluidos los Estados mediadores, a que tomen medidas inmediatas para detener esta escalada.
No hay palabras. Para todos los afectados por esta devastación y embestida, exigimos un alto el fuego permanente y el fin del sufrimiento y las graves violaciones infligidas a civiles inocentes.