martes, 19 diciembre 2023

Mientras las familias desplazadas de Gaza sufren el descenso de las temperaturas, un trabajador de Islamic Relief* describe la grave situación y cómo éste diciembre es como ningún otro. 

Han pasado casi 8 días desde la última vez que compartí nuestra historia con vosotros. Hemos estado desconectados de Internet y de nuestros teléfonos todo este tiempo. Ha sido como volver a la Edad Media. Las personas que quieran comprobar cómo están sus familiares y amigos deben ir andando o a caballo y en un carro para hacerlo. Por supuesto, en nuestra situación actual, hacer un viaje así conlleva enormes riesgos. Esto me recordó a The Kingsroad en Juego de Tronos, donde los viajeros podían enfrentarse a peligros en cualquier momento.

La situación aquí empeora a cada momento. El invierno, al igual que en Juego de Tronos, ya ha llegado. La semana pasada tuvimos fuertes lluvias. La lluvia solía ser un evento agradable para los ciudadanos palestinos y la disfrutamos, pero ahora la gente vive en tiendas de campaña de plástico en las calles, sin ninguna fuente de calefacción. La gente huyó de sus hogares a principios de octubre, cuando todavía hacía relativamente calor. Llevaban ropa ligera de verano y la mayoría no cogía ropa para el invierno.

Ahora hace mucho frío y nadie tiene ropa adecuada.

Mis hijos pasan frío. Mi hija siempre dice que le duele el estómago. Yo le digo que se pondrá bien, pero está bebiendo agua no potable; no toma suficientes alimentos, y en su mayoría toma comida enlatada; lleva sólo unas pocas capas de ropa. Está claro que así enfermará. De hecho, si alguna persona enferma en la casa, todos lo harán.

Los centros de salud y los hospitales apenas pueden atender el flujo de heridos que llegan a sus salas de emergencia, y mucho menos atender a las personas que se sienten enfermas. Hace unos días mi hermano se resfrió mucho. Estaba temblando y llorando de dolor. Mi madre me insistió en que le llevara al hospital, pero le dije que se reirían de mí en el hospital si llevaba a alguien que solo estaba resfriado. Fui a la farmacia a comprarle paracetamol, pero no había ningún medicamento disponible; muy pocas tiendas todavía tienen medicamentos.

Un amigo, del que ya os he hablado antes, no encuentra pañales para su hija. He oído informes de que en algunas partes de la franja las mujeres no pueden encontrar ni compresas. Es una situación inimaginable. El pueblo palestino tiene que sufrir incluso por las cosas más pequeñas.

Una ciudad vibrante que ahora está pálida y enferma

Ayer fui a cortarme el pelo. En las calles se pueden ver los rostros de la gente llenos de desesperación, tristeza y pérdida. La ciudad solía ser vibrante, llena de vida. Ahora la ciudad está pálida y enferma. De todas las casas sale humo cuando la gente quema leña para preparar la comida. Las calles están llenas de basura ya que no hay combustible para los camiones que habitualmente la recogen. Algunos taxis han empezado a utilizar aceite de cocina en sus coches, otro invento palestino para adaptarse a este asedio. Hace que los coches se muevan, pero contamina el aire y asfixia a los pasajeros.

Hay burros y caballos en cada calle. Hay gente cargando galones de plástico buscando agua. En los mercados hay puestos donde se venden baterías, linternas, cargadores de teléfonos, comida enlatada y pocas verduras.

Las escenas son distópicas.

El barbero me dijo que dejará su negocio. Me contó que no tiene energía para cargar sus herramientas. El dueño del edificio quiere echarlo y usar el lugar. No puede pagar el alquiler porque no trabaja. Sólo porque había sido cliente de su padre me recibió y me cortó el pelo.

Celebraciones en todo el mundo, excepto en Gaza

Queridos lectores, estamos realmente al borde del colapso. Hemos perdido a nuestros seres queridos: familiares y amigos; nuestros hogares, nuestras calles y nuestra ciudad. Estamos tratando de mantenernos firmes a pesar de todas estas pérdidas, pero no podemos. Me duele pasar diciembre siendo desplazado. Recuerdo Gaza en esta época del año llena de decoraciones, luces y colores. Caminaba por las calles y veía las tiendas de ropa con rebajas de fin de año, los restaurantes haciendo ofertas especiales y muchos lugares anunciando eventos navideños.

Este año veo gente en todo el mundo celebrando, pero en Gaza vivimos tiempos difíciles. Todo el mundo compra regalos, pero somos felices si encontramos un kilo de sal o una onza de café. La gente de todo el mundo escucha música y nosotros escuchamos el zumbido de drones y el sonido de bombas y explosiones.

Lo siento, lectores míos, no quiero que cesen vuestras celebraciones, pero quiero que nuestra historia continúe y quiero que esta guerra termine ahora mismo.

Por favor, ayuda a Islamic Relief a proporcionar ayuda a las personas que más lo necesitan en Gaza: Dona ahora a la  Emergencia por Palestina.
*Este blog se ha mantenido anónimo para proteger la seguridad de nuestro compañero y otras personas mencionadas. Lee el resto de series del blog aquí.
Nota del editor: Este blog se ha publicado en medio de una situación en constante cambio e intensa crisis. La información era correcta a fecha 18 de Diciembre de 2023. 
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