El agua es la fuente de la vida.
Sin embargo, en el mundo, 785 millones de personas carecen de acceso al agua potable. Sin agua potable para beber, 1 de cada 10 personas se enfrentan a riesgos como la deshidratación, las enfermedades y, en el peor de los casos, la propia muerte.
La falta de acceso al agua potable atrapa a generaciones enteras en las garras de la pobreza, impidiendo su desarrollo y un futuro mejor. En el cómputo de un año, las mujeres y niñas dedican unas 200 millones de horas en la recogida de agua, una actividad diaria que les supone recorrer un promedio de 6 kilómetros cada día para transportar el equivalente a 40 euros de agua.
Los niños y las mujeres constituyen el colectivo social más afectado por esta gran problemática mundial. A diario, más de 800 niños menores de 5 años mueren de enfermedades causadas por el consumo de agua contaminada como la diarrea; un saneamiento deficiente y prácticas de higiene inseguras. A ello se suman las continuas sequías y los efectos devastadores del cambio climático.
Garantizar el acceso al agua limpia y potable salva vidas y permite a comunidades enteras salir de la pobreza. Ayúdanos a promover el desarrollo y la formación para que millones de personas puedan emplear su tiempo en emprender o recibir educación en lugar de recoger agua.