Cuando recibí la noticia de que se me estaba dando la posibilidad de unirme a un viaje de formación de la mano del Dr. Hany, no podía desaprovechar la oportunidad. A pesar de verlo como un reto por diferentes motivos laborales, entendí que es necesario intentar lo imposible para ver los límites de lo posible.
El 21 de octubre de 2021 volé a Milán, donde me uní a mi compañera de Islamic Relief Italia, Sara Shaker, y de allí volamos juntas a Estambul. No teníamos mucha noción sobre en qué consistiría realmente el programa y la formación en sí. Solo íbamos con la ilusión de aprender de la mano de una persona que con su bondad y conocimiento ha logrado crear un impacto a nivel mundial alhamdulillah.
Aterrizamos en el aeropuerto de Estambul y nos encaminamos al centro de la ciudad, donde haríamos noche unas horas antes de que nuestra aventura diera comienzo.
El 22 de octubre madrugamos para no ser víctimas del tráfico de esta ajetreada ciudad y llegamos a tiempo al aeropuerto para volar con el Dr. Hany a Antioquía. Nos encontramos con él en la fila de embarque, donde nos recibió con una amplia sonrisa. Ahora sí, nuestra aventura comenzó.
Aterrizamos en el aeropuerto de Antioquía, donde un grupo de jóvenes con sus cámaras nos esperaban a la salida. Se me hizo poco usual la situación: el fundador de la organización benéfica islámica más grande del mundo acompañado de dos trabajadoras humanitarias recibidos por un grupo de jóvenes refugiados sirios que esperaban expectantes su llegada. No es algo a lo que esté habituada y quizás esta sea la razón por la que de alguna forma me sentí un tanto incómoda. Pero incluso en momentos así, el Dr. Hany siempre es capaz de crear un ambiente en el que todos se sientan como en casa. Supongo que es un talento innato en algunas personas.
Nos trasladamos hasta Bilan, donde rodeados de montañas disfrutamos de una agradable velada con cánticos, barbacoas y, lo más importante, buena compañía. He de destacar que de nuestra estancia en Antioquía, esta tarde fue la que más disfruté. Nos sentamos juntos en el suelo y, mientras intentábamos entrar en calor con los vasitos de té turco, el grupo de jóvenes refugiados sirios compartió sus expectativas de futuro. Me sorprendió mucho descubrir que sus sueños difieren mucho de los de los jóvenes de nuestros países. Estos supervivientes de la guerra en Siria soñaban con adquirir la nacionalidad turca, poder estudiar, reencontrarse con sus familias y volver a su país. Sus sueños son cosas que uno da por sentado en otros rincones más privilegiados del mundo. En ese momento, también descubrí la madurez de estos jóvenes y cómo sus circunstancias les han obligado a crecer antes de tiempo. Me sorprendió ver que no había presencia de mujeres, pero lo que no sabía era que este patrón se volvería a repetir en las próximas visitas que nos aguardaban.
Tras esta grata jornada, nos despedimos y nos retiramos para recobrar fuerzas y poder seguir con nuestra aventura.
El segundo día empezamos a entender la dinámica de la formación: el Dr. Hany visitaría a diferentes asociaciones de la región, impartiendo conferencias y abriendo un espacio de debate.
Empezamos la jornada visitando la asociación Kawthar, donde la temática giraba en torno al liderazgo y su importancia. En una asamblea en la que apenas había tres o cuatro mujeres, me agradó ver la sutileza con la que el Dr. Hany recalcaba el papel tan importante que ejercen las mujeres en la sociedad. Khadija, que Allah esté complacido con ella, fue el pilar de la da’wa. Todo hombre y toda mujer tienen un papel que ejercer en la sociedad. Es preciso mantener una actitud abierta al cambio, ser valiente para asumir la responsabilidad que implica el rol y enmendar los errores, rindiendo cuentas cuando sea preciso.
El liderazgo es una responsabilidad que nos incumbe a todos, independientemente del género. Se han de edificar las bases y permitir que nuevas personas asuman el rol para conseguir nuevos cambios y avances. Aunque nadie es imprescindible, algunas personas son regalos y otras, lecciones tanto buenas como malas. De todo se puede aprender, incluso de las malas vivencias. Pero el siguiente paso es no volver a caer en el mismo error, sino ir más allá y actuar en base a las consecuencias.
Las circunstancias crean contextos diferentes y nuevos. Uno no puede anclarse en el pasado. Quizás es fácil opinar cuando uno no lo vive en sus propias carnes, pero mi percepción fue que hasta el momento las personas refugiadas sirias con las que nos habíamos topado en apenas un día y medio estaban estancadas en el pasado glorioso de su país. Ser pragmáticos es la clave y poner el foco en la educación es la llave del progreso.
Por todo ello, es importante contar con todos los componentes que conforman una sociedad, mujeres, hombres, jóvenes y personas con discapacidad.
Nuestra segunda visita del día fue a una asociación llamada Banafsaji, en la que la conferencia se centró en la pirámide humanitaria y sus ámbitos: sentimental, social, mental, cultural, filosófico, investigación y espiritual. Sin embargo, descubrí que la labor humanitaria no tiene límites y no puede estar limitada, sino que debe amoldarse a las circunstancias y garantizar un cambio verdadero y duradero.
Para ello, es imprescindible construir una sociedad que abarque varios sectores que la garanticen su prosperidad. Dividir los sectores entre los diferentes actores y trabajar en consonancia con todas las partes implicadas ayudará a diseñar una mejor estrategia con un impacto positivo a largo plazo.
Me llamó la atención el ejemplo que ofreció el Dr. Hany sobre la unidad de la población turca: ARCH (Arte, Religión, Cultura, Historia). Este arco definido por estos elementos constituye la base de la unión de los turcos. Uno de los grandes problemas que tiene la Ummah a día de hoy es la desunión y, desde mi punto de vista, el resto de la Ummah debe adherirse a este arco. Cuando esta unión se cree, muchísimos inconvenientes podrán ser resueltos. Para lograr tal cambio, es imprescindible empezar por nosotros mismos.
La siguiente parada fue Gaziantep. Durante el trayecto en coche, pasamos a escasos kilómetros con la frontera con Siria y las indicaciones de los letreros señalaban Alepo. Saber que a escasos kilómetros había un país tremendamente azotado por la guerra me generó malestar en el cuerpo. Me di cuenta de que por mucho que uno crea entender cuáles son los estragos de los conflictos armados, realmente jamás lo lograremos. Cuando conocemos casos reales, historias aún latentes, personas que tras huir del horror de la guerra buscan un futuro mejor, es en ese momento cuando podemos entender una mínima parte de su sufrimiento. Expresar ese dolor con palabras no resulta una tarea sencilla, sobre todo para quienes lo sufren.
Visitamos la asociación Himma para jóvenes refugiados sirios en su mayoría, aunque también los había de otras nacionalidades. Esta asociación dispone de varios internados (uno para mujeres) en Turquía en los que los jóvenes pueden continuar sus estudios. Me resultó interesante su programa: estudios religiosos y lingüísticos, scouts, voluntariado y ayudas para estudios universitarios. Sin embargo, mi decepción fue descubrir la ausencia de mujeres una vez más en las juntas directivas. Creo firmemente que no se logrará el progreso excluyendo a los elementos que integran una sociedad y, en este caso, vi muy necesaria la implicación de líderes mujeres.
En esta tercera conferencia, el Dr. Hany abarcó la historia de Islamic Relief a modo de ejemplo sobre cómo iniciar una trayectoria exitosa. Con él viajamos en el tiempo, atravesando las diferentes etapas de la organización que se recogen a continuación:
1984-1989: Islamic Relief nació sin ningún plan, personal ni recursos materiales. Lo único que tenían en aquel momento era la firme convicción de que querían actuar. Sus fundadores, jóvenes sin apenas experiencia, creyeron y siguieron adelante con el apoyo de su entorno. Eran dos los que repartían folletos que escribía a máquina la esposa del Dr. Hany. Con ellos, iban de mezquita en mezquita, de casa en casa, de calle en calle. En Ramadán se montaban en coche y hacían un tour para recaudar fondos. No volvían a sus hogares hasta el Eid, pasando el mes sagrado lejos de sus familias. Ningún comienzo es sencillo, pero la actitud determina el éxito de un buen arranque, así como el apoyo familiar.
1982 y 1983 fueron años claves. El Dr. Hany se iba a ir a Egipto de vacaciones. Pasó por Yugoslavia y Bosnia y vio el sufrimiento de los musulmanes. Estos dos acontecimientos junto la masacre de Sabrá y Chatila le influyeron mucho y fueron clave para que él decidiera dedicarse al mundo humanitario. A ello se sumó además la hambruna de Tigray, en Etiopía. Recaudó en Egipto contactando con familiares y después fueron a Sudán. En un momento dado, deciden abrir una cuenta y depositar todo el dinero. La labor humanitaria ya estaba viendo sus inicios en una época en la que era totalmente inexistente la figura de organización humanitaria islámica a nivel internacional.
1989-1995: se suceden muchos acontecimientos, entre ellos Bosnia, desastres naturales en Bangladesh, Irán, etc. Todo ello da lugar a una nueva etapa, en la que abrieron una pequeña oficina, toda la labor administrativa comienza a profesionalizarse para garantizar una mayor transparencia y en 1993 Islamic Relief inicia su recorrido en Estados Unidos. El sueño del Dr. Hany ya empieza a cumplirse y la organización empieza a crecer.
1995-2001: el crecimiento de la entidad continúa a un ritmo vertiginoso con la apertura de oficinas nuevas que pudiesen recaudar fondos. El reto de esta etapa residía en el registro de las oficinas reconocidas a nivel estatal. La respuesta en Bosnia dio un impulso a la organización. A pesar de los temores por iniciar la labor en Irak por cuestiones políticas, en 1996 empezaron con la condición de que la ayuda iría dirigida a toda persona necesitada y lograron distribuir 600 adahi.
La expansión de Islamic Relief continuaba llegando a Chechenia (1995) y Kosovo (en 1999). Tras visitar estos países, descubrieron las condiciones en las que las personas vivían en campamentos totalmente nevados y sin recursos. Hicieron un compromiso muy alto, de un millón, para responder cuando apenas tenían 10 mil. Se esforzaron para conseguir los fondos dando visibilidad de la situación en Estados Unidos.
2001-2004: Islamic Relief ya es conocida mundialmente y pese a ciertas turbulencias ocasionadas por figuras políticas, Islamic Relief es defendida y respetada por otras entidades del sector. A partir de este año, empezó a considerarse IR como parte de la umma. Para proteger y salvaguardar su reputación, el personal recibió una formación sobre cómo hablar ante las cámaras.
En 2004, el Dr. Hany decide dar paso a una nueva generación de personas líderes que continúen con la labor. Su sueño desde entonces ha sido la creación de líderes del futuro y hasta ahora no se ha conseguido. Es por ello que Sara y yo le acompañamos en este viaje. Sentir esta responsabilidad es un placer y un honor. Alhamdulillah por tener esta oportunidad. Independientemente de cuáles sean los resultados, ambas sabemos que debemos dar lo mejor de nosotras para conseguirlo y que el éxito final vendrá de Allah.
Este breve recorrido por la historia de Islamic Relief de la mano del Dr. Hany nos hizo ver que en cada etapa había cambios. Es esencial no tener miedo a los cambios ni conformarse. Soñar sin límites pero limitando tus sueños con tus posibilidades, es decir, siendo realista, te ayudará a la hora de conseguirlos. Sabemos que no podemos solventar todo el problema, pero sí podemos formar parte del cambio actuando. Esta es la gran lección que me llevé ese día.
En el espacio de debate que se creó, se trató una práctica muy negativa que tienen las organizaciones humanitarias en general: crear dependencia y que los usuarios se malacostumbren a las ayudas. No creo que esto último sea por gusto. Una persona necesitada busca ayuda por la situación en la que se encuentra. Lo que sí es importante es romper las cadenas de dependencia y abogar por un desarrollo humanitario que permita a las personas llegar a ser autosuficientes.
La forma en la que las organizaciones tienden a sensibilizar es apelando a la conciencia y a la empatía. El riesgo está en caer en un drama exacerbado que acabe neutralizando y normalizando las injusticias que se viven en el mundo. No, ¡no es normal acostumbrarse a ver imágenes de niños malnutridos y no sentir malestar! Nuestra sociedad está en proceso de normalizar la violencia y los efectos de la pobreza.
Por otro lado, considero que hay ciertas actitudes de donantes que son un tanto egoístas, especialmente cuando quieren ver sus nombres en placas de proyectos que han financiado. No critico su intención ni me corresponde, pero es precisamente esa intención con la que donan la que debería bastar. Las organizaciones humanitarias tienen un reto en este ámbito: reeducar a los donantes en los valores de la sadaqa.
Aún en Gaziantep, empezamos a ver por primera vez una mayor colaboración entre asociaciones y la presencia de mujeres en las juntas directivas cuando asistimos a una confederación de asociaciones de personas refugiadas sirias. La conferencia en la Syrian Networks League (SNL) recalcó la necesidad de unificar y colaborar en una misma dirección. El Dr. Hany trató la pirámide humanitaria una vez más, resaltando los desafíos del sector: la necesidad de crear una nueva filosofía, un nuevo pensamiento en el mundo humanitario.
A lo largo de la jornada, surgen diferentes debates en torno a la corrupción, transparencia, asuntos políticos, el compromiso del trabajador humanitario con la labor, la imagen y reputación de las entidades, cargos vitalicios dentro de una propia organización. Todo ello es un reflejo de las necesidades de las asociaciones.
De esta jornada, lo que más me sorprendió fue conocer la historia de una mujer que es un claro ejemplo de superación y confianza en Allah. Se trata de una mujer siria que llevaba una vida agradable y feliz en su país hasta que capturaron y torturaron durante varios meses a su marido hasta matarlo. Cuando la guerra llegó a su ciudad, bombardearon su casa mientras ella estaba fuera. Al regresar, se encontró su hogar reducido a escombros, entre los cuales, yacían sin vida los cuerpos de sus tres hijos. Solo uno logró sobrevivir.
Esta mujer llamada Fatima logró huir y buscar refugio en Turquía, donde ha fundado una asociación para niños huérfanos. Organiza talleres artesanales y de cerámica para financiar la asociación. Ella misma me dijo “perdí a 3 hijos pero ahora tengo 114”.
Es importante mantener una actitud sincera, pese a los desafíos de la vida y creer plenamente en que Allah es conocedor de todo lo que acontece. El que prueba los deleites del trabajo humanitario no se apartará de él porque pasa a formar parte de su vida y le ayuda a mejorar como persona en su día a día, valorando las bendiciones que Allah le ha dado. Por ello, es importante ser conscientes del legado que uno quiere dejar en este mundo, amar, ser amados porque este mundo no se lo dejaremos a nadie.
Nuestro paso por Gaziantep llegó a su fin y el siguiente destino era Estambul. En esta legendaria ciudad nos esperaba un congreso organizado por la plataforma USCSO, bajo el lema “Juntos somos más fuertes”.
Hasta el momento, todas las asociaciones a las que habíamos visitados estaban integradas por personas sirias. Si en un primer lugar echaba en falta la presencia de mujeres y jóvenes, a medida que pasaban los días también me fui dando cuenta de la ausencia de personas turcas en las conferencias. La razón por la que creo que es importante que personas turcas estén presente en este tipo de eventos es principalmente para abordar la problemática de la cohesión social. Los choques entre la población acogedora y la refugiada no se pueden omitir y son una realidad que se debe trabajar y mejorar en un país que alberga a 4 millones de refugiados.
El mensaje de convivencia que lanzó uno de los ministros turcos me pareció muy necesario. Es imprescindible que continúen trabajando sin importar los obstáculos que se interpongan en el camino hacia la consolidación de una convivencia pacífica y duradera. Para ello, las asociaciones deben abrirse y colaborar conjuntamente. Me alegró ver la presentación de un plan de cohesión social, ya que hasta entonces este ámbito no se había tratado en ningún momento ni por ninguna asociación. Es más, todas se lamentaban por el rechazo que los refugiados sirios sufren.
La razón de esta problemática es que Turquía carecía de una policía de acogida antes del 2011. Con la llegada de refugiados sirios, todos pensaban que se trataba de un fenómeno temporal y que los refugiados regresarían a Siria en cuanto acabara la guerra. Esta visión del refugiado temporal ha afectado la planificación temprana de un plan de acción social. En 2015 es cuando se levantan las normas temporales al darse cuenta de que la presencia de refugiados sirios en el país no era una cuestión de pocos años. Esto es algo de lo que la sociedad en su conjunto debe aceptar, pues las generaciones futuras descendientes de los refugiados no querrán volver a Siria ni sientan un arraigo a una tierra que jamás han visitado.
Algo que me llamó la atención fue comparar cómo empezamos nuestra aventura sentadas en el suelo disfrutando de la velada con los jóvenes en Antioquía y disfrutando de la simpleza del ambiente hasta pasar a un congreso por todo lo alto en un hotel lujoso y en un ambiente de la alta élite.
Nos esperaba un largo día, pero lo que no sabíamos era que estaría lleno de sorpresas.
La primera conferencia del día programada fue en la sede de una asociación de refugiados yemeníes. En este caso, la presencia de mujeres era prácticamente inexistente. Solo había una mujer palestina en una sala con 40 hombres. Recalco la necesidad de incluir a las mujeres en las juntas no solo porque forman parte de la sociedad, sino porque tanto las mujeres como los niños constituyen los colectivos más vulnerables. Si el trabajo operacional es llevado a cabo por mujeres, pero a la hora de transmitir sus necesidades no tienen representación en los cuerpos directivos, ¿cómo se va a lograr ofrecer una respuesta eficaz que atienda a las amplias necesidades de estos colectivos y sus circunstancias?
Empezamos viendo un vídeo sobre Yemen en el que se hacía una comparativa de la belleza del país antes de la guerra y la situación tan drástica en la que se encuentra tras varios años de guerra y miseria. A continuación, el Dr. Hany inició su discurso compartiendo una historia de su primera visita a Yemen en 1995 con el objetivo de recaudar fondos para Bosnia en aquel entonces: un hombre yemení con escasos recursos le ofreció todo lo que llevaba encima, 5 riales yemeníes. Es por eso que el Dr. Hany afirmó que el mejor donante es el donante pobre y pienso que es totalmente cierto, ya que quien vive en una situación de necesidad empatiza mucho más con otra persona en su misma o peor situación.
Uno de nuestros compañeros de Islamic Relief impartió una formación sobre las diferentes formas de recaudación, cosa que a Sara y a mí nos resultó muy familiar.
Estando de camino para visitar la siguiente asociación, el equipo de al-Jazeera que nos había estado acompañando durante el viaje para filmar las secuencias que compondrían un documental sobre la vida del Dr. Hany, ocurrió algo totalmente inesperado y de película. Los técnicos y el reportero de al-Jazeera consideraron conveniente hacer una breve parada de 5 minutos para grabar unas tomas del Dr. Hany caminando con nosotras por la paya. He de reconocer que accedimos a regañadientes. Bajamos del coche dejando nuestras pertenencias en el asiento trasero dando por sentado que el conductor no se bajaría al estar parado en doble fila y por la brevedad que nos ocuparía el asunto. Al regresar, me encontré la ventanilla del coche rota y nuestros bolsos y el teléfono del Dr. Hany habían desaparecido. Inmediatamente, avisamos a la policía que tras una larga espera apareció. Fuimos a denunciar el robo a comisaría, donde, por milagro, nuestros bolsos estaban con toda la documentación (que era lo que más nos preguntaba). La gracia nos llevó 4h pero alhamdulillah todo quedó en un susto y en una lección. El resto de las visitas fueron canceladas y el círculo de conferencias cerrado.
Por mucho que uno planee un programa y quiera adherirse a él, pueden surgir cosas que trastoquen todo. Creemos que planeamos, pero realmente todo está planeado por el mejor de los Pleaneadores, Allah subhanahu wa ta’ala.
Agradecimientos
No quiero terminar sin antes agradecer a Allah ante todo por todas las bendiciones que nos ha dado y por permitirme participar en una aventura tan maravillosa como esta. Quiero agradecer también a mi manager, Salah, por confiar en mí e invitarme a participar en este tipo de experiencias. Por supuesto, no me puedo olvidar del Dr. Hany por toda la sabiduría compartida y por ser un ejemplo de verdadero líder. Por último y no por ello menos importante, a una persona que pacientemente ha dedicado horas y horas de trabajo desde la distancia para asegurar que todo transcurría según lo programado y ofreciendo todo el apoyo necesario para que este viaje fuera posible, Hajar.
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