“Hemos celebrado este Eid al Adha con nada más que la carne que nos has proporcionado” dice Ajaiba Shayicho, 30 años y madre de 3 hijos, Etiopía.
Ajaiba vive en Kolfe Keranio, un distrito en el oeste de Addis Abeba, y depende de los escasos ingresos del salario de su marido como trabajador. La carne es un lujo para la familia. Ajaiba continúa diciendo:
“La cantidad de carne que hemos recibido es suficiente para nosotros. Sabemos que hay más personas que necesitan ayuda al igual que nosotros durante el Edi y que estáis intentando llegar a todos. Agradezco sinceramente a aquellas personas que nos han proporcionado el paquete de carne. Que Allah les otorgue una larga vida y buena salud”.
En Etiopía, una donación de 110€ fue suficiente para alimentar a una familia como la de Ajaiba.
Y ahora, con la subida de los precios , la carne se considera una vez más un alimento de lujo, cuyo consumo depende de los ingresos. Julian Liku, de 44 años, vive con su madre, esposa y cinco hijos en Ura e Vjetër e Bunës, un área cerca de Shkodra en el norte de Albania.
Recoge latas desechadas de las calles a su alrededor para vender y comprar pan para alimentar a sus hijos. Julian dice:
“Los niños quieren comer, no quieren saber si tenemos o no tenemos, ellos lo que piden pan”
Julian y su esposa Dorina, de 39 años, generalmente comen de lo que encuentran rebuscando entre las sobras de los contenedores públicos, demasiado avergonzados para ofrecer esto a sus hijos.
“Nos encontramos en una situación tan difícil que tan sólo un grano de arroz significa mucho para nosotros. Cuando recibimos el paquete, me sentí muy aliviado. El primer pensamiento fue que podría dar una comida rica a mi familia; el segundo pensamiento fue que Insh’Allah a nadie le falte comida en la mesa.”
Islamic Relief ha estado implementando el programa de Qurbani/Udhiya a las personas más necesitadas desde 1986. Nuestras oficinas locales obtienen ganado de buena calidad para asegurarse de que solo se sacrifiquen los animales más saludables.
Una donación anual de Qurbani sirve como recordatorio para compartir lo poco que tenemos con los menos afortunados.
Tus donaciones también cubren todos los gastos generales para hacer posible este programa, como el transporte de los animales, el sacrificio en sí y el empaquetamiento y distribución de la carne.