“Es como si hubiera pasado una catástrofe de gran magnitud, como si hubiera ocurrido una guerra o un tsunami.”
Hassna, voluntaria de Islamic Relief en Valencia desde 2018, acompañada por un grupo de voluntarios y trabajadores, visitó los días siguientes al desastre la zona afectada por las inundaciones para evaluar las necesidades y llevar a cabo labores de limpieza. Al ingresar a Paiporta, una de las localidades más afectadas, describe con emoción el impacto de las escenas que presenciaron. “Es como si hubiera pasado una catástrofe de gran magnitud, como si hubiera ocurrido una guerra o un tsunami”, dice Hassna, visiblemente conmovida por la devastación. Paiporta se encuentra en un estado de destrucción total: el puente de entrada y las vías del tren están completamente arrasados, las calles están cubiertas de barro y fango, lo que dificulta caminar. Las infraestructuras han sufrido daños considerables, con inundaciones que alcanzaron hasta dos metros de altura. La limpieza es un desafío constante debido a la presencia continua de agua y barro, y la reconstrucción de la ciudad será un proceso largo, dado el alcance de los daños.
“Es muy triste ver todo.”
El pasado martes 29 de octubre, la peor gota fría registrada en la historia de la provincia azotó la Comunidad Valenciana y sus alrededores, siendo Valencia la zona más afectada por este fenómeno. Más de 200 personas han perdido la vida y centenares permanecen desaparecidas, mientras las autoridades y las fuerzas de seguridad continúan con las labores de búsqueda y rescate, apoyados por una ciudadanía que ha respondido con inmensa solidaridad.
Hassna, que estuvo presente desde el primer día de la respuesta, comparte su primera impresión al llegar al municipio de Paiporta: “Conforme vas entrando a Paiporta, ves la destrucción masiva: coches completamente destrozados, casas inundadas, paredes derrumbadas, e incluso en las fincas, la policía tiene que advertir a la gente para que no se acerque porque todo puede derrumbarse en cualquier momento. Sinceramente, las imágenes son muy impactantes. La gente allí lo único que hace es limpiar, pero está agotada, porque por mucho que limpien, el agua sigue apareciendo, y no es solo agua, es barro. Hay que sacar barro todo el tiempo, las calles no se secan y, además, te resbalas constantemente.”
El trabajo continúa.
El equipo de Islamic Relief España se trasladó a la zona afectada en los días posteriores al suceso, y desde entonces se dedica a las labores de limpieza junto a un incansable grupo de voluntarios. Inmediatamente, personas de toda España se unieron en solidaridad con los afectados de la Comunidad Valenciana, colaborando con el llamamiento de emergencia de Islamic Relief y donando bienes de primera necesidad en los puntos de recogida habilitados en todo el país. Mientras la respuesta sigue su curso, nuestro equipo evalúa diariamente las cambiantes necesidades inmediatas y aquellas que surgirán en las próximas semanas.
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