La decisión de Israel de impedir una vez más la entrada de toda la ayuda humanitaria a Gaza es un acto cruel e ilegal que empujará a Gaza de nuevo a la hambruna durante el mes sagrado del Ramadán, con consecuencias fatales para los niños pequeños.
Negar ayuda a la gente y utilizar el hambre como arma de guerra es una clara violación del derecho internacional.
La ayuda humanitaria nunca debe utilizarse como herramienta política ni para imponer un castigo colectivo a toda una población civil. Los gobiernos internacionales deben exigir urgentemente que se permita la entrada de la ayuda y deben revitalizar la presión política para acordar un alto el fuego permanente.
En las últimas 24 horas, los bombardeos israelíes han matado y herido a varios palestinos y los civiles están cada vez más temerosos. El alto el fuego debe mantenerse: un retorno al horror y las atrocidades implacables que vimos durante más de 15 meses sería un fracaso global de proporciones asombrosas.
Al comienzo del Ramadán, la mayoría de las familias palestinas de Gaza luchan por encontrar lo suficiente para comer y permanecen atrapadas en condiciones terribles, en tiendas de campaña abarrotadas con poca agua potable, saneamiento u otros servicios básicos.
La primera fase del alto el fuego vio un aumento significativo en la ayuda permitida para entrar en Gaza, con Islamic Relief y otras agencias de ayuda capaces de aumentar la ayuda vital, pero sigue siendo una gota en el océano en comparación con las necesidades catastróficas, con casi toda Gaza destruida por los ataques israelíes y familias devastadas por el hambre y la enfermedad. Durante el alto el fuego, más bebés palestinos han muerto de hipotermia y desnutrición, mientras que Israel ha seguido restringiendo materiales esenciales como suministros médicos, artículos educativos, maquinaria pesada para la remoción de escombros y la reconstrucción, y refugios para familias sin hogar. Solo se permitió la entrada a Gaza de alrededor del 10% de las 200.000 tiendas de campaña prometidas.
A pesar del alto el fuego, el bloqueo de Gaza por parte de Israel, que dura casi 18 años, sigue en pie y esta última decisión muestra claramente cómo Israel puede activar o desactivar los suministros en cualquier momento. El bloqueo controla el movimiento de personas y bienes que entran y salen de Gaza.
La decisión es otra violación más del fallo de enero de 2024 de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que ordenó a Israel tomar medidas inmediatas para prevenir el genocidio en Gaza, incluyendo permitir la entrada de suficiente ayuda humanitaria. Desde entonces, solo se ha permitido la entrada de una cantidad mínima de ayuda y la crisis humanitaria se ha deteriorado enormemente. Los gobiernos internacionales deben utilizar todas las medidas diplomáticas, políticas y económicas a su disposición para presionar a Israel a que aplique plenamente el fallo de la CIJ.