domingo, 5 noviembre 2023

Un trabajador de Islamic Relief* en Gaza recuerda el terror y la confusión que se sintieron cuando se cortaron las comunicaciones el pasado fin de semana cuando las fuerzas armadas terrestres entraron en Gaza. 

«Mi familia se sigue viendo forzada a desplazarse a medida que nos acercamos a la tercera semana desde que nos vimos obligados a abandonar nuestros hogares. Las noticias que nos llegan solo nos traen oleadas interminables de pena, dolor y tristeza

«Mi mujer se acaba de enterar de que su primo ha fallecido. Ha llamado a sus familiares para darles el pésame y, poco después, su preocupación era la falta de agua para lavar la ropa…Estos días la muerte se ha convertido en una parte de las noticias que nos pasamos unos a otros, no tenemos mucho tiempo para dedicarnos a pensar en los que hemos perdido. 

«Oímos que alguien ha fallecido y decimos “que descanse en paz”. Pero a la vez también estamos pensando “somos los siguientes, solo que no sabemos cuándo nos tocará”. La situación es así de terrible. La muerte es la nueva norma, sobrevivir es lo raro. Ver un nuevo amanecer es un privilegio que no todos tienen. 

«Anoche me fui a dormir recitando la shahada  [declaración de fe musulmana] ya que nunca se si volveré a despertarme. Mis días comienzan leyendo mensajes de todo el mundo diciéndome que siguen vivos. Mandamos mensajes y rezamos por recibir respuesta. Realizamos oraciones y esperamos que sean escuchadas. 

«Ahora estamos solos y una sóla esperanza – que Allah cambie las cosas. Sentimos como si el mundo nos hubiera abandonado. Se nos considera daños colaterales de una guerra. Se nos considera poco importantes, menos humanos y menos iguales a los demás, y por lo tanto se nos ignora. 

«Yo ya no sé qué más decir. Mi corazón arde, mi alma está inundada de desesperación, miedo, agonía, dolor y agotamiento. Quizá leas estas líneas, o quizá no. Estoy escribiendo por si acaso. Se ha convertido en una práctica para dejar ir mi dolor. 

«No puedo mandar estas palabras a nadie; no puedo llamar a nadie. Estoy sentado aquí en la oscuridad, sólo con mis palabras. Las veo como si fueran mi testamento, como una historia en la tumba de un faraón que se descubra y se lea cuando yo ya no esté. Ahora mismo estoy sólo, aislado, expulsado e inútil.»

Aislados del mundo

«El viernes 27 de octubre mi conexión se cortó de repente. La conexión no estaba siendo buena desde el inicio pero al menos podíamos enviar mensajes y hacer llamadas. Sin embargo, esta vez, ningún tipo de comunicación ha sido posible. 

«No podíamos hacer llamadas ni recibir noticias. Al principio pensábamos que había algún tipo de problema con el internet. Reiniciamos el router muchas veces hasta que me di cuenta de que tampoco podíamos hacer llamadas y de que algo iba mal. Pensé que habría alguna bomba aproximándose a nuestra zona. Mis piernas se paralizaron y sentí como si el corazón se me cayera a los pies.  Mi hermano me dijo después que había escuchado que se estaba llevando a cabo una invasión por tierra. Mi madre recordó que teníamos una radio que mi padre solía utilizar y nos dimos prisa en encenderla pero no pudimos encontrar ninguna noticia clara, tan sólo canal tras canal transmitiendo órdenes de evacuación. 

«Finalmente encontramos un canal que compartía noticias y supimos que la invasión terrestre había comenzado oficialmente. Podía oír avión tras avión rugiendo en el cielo, pasando sobre nuestras cabezas y bombardeando Gaza. Podía escuchar los sonidos de explosiones lejanas y lo que parecían cientos de drones zumbando por todas partes. Sonaban como si estuvieran volando muy bajo en el cielo. Su ruido es aterrador porque sabemos que estos drones están armados y listos para matar

Los pensamientos que tenemos por las noches

«Esa noche, todo tipo de pensamientos imaginables rondaron mi cabeza. Pensé que podríamos empezar a ser bombardeados al azar; pensé que nuestro fin había llegado. Estaba recitando la shahada y rezando a Allah pidiendo perdón. Estaba pensando que no podríamos llamar a una ambulancia porque nuestros teléfonos no funcionaban. Pensé que podríamos morir y que nadie lo sabría.

«Estaba pensando en mis amigos en el extranjero, mis hermanas y mis amigos de Islamic Relief que están pendientes de nosotros todo el tiempo. Este es el final, pensé. Todos estábamos sentados en silencio, todos estábamos inmersos en nuestros propios pensamientos y en aquellos que no estaban con nosotros en ese momento.

«Los padres de mi esposa estaban en la ciudad de Gaza y nosotros en el sur. Comenzó a llorar, especialmente después de escuchar que los ataques aéreos se habían intensificado en la ciudad. Le dije que ahora vivimos en la época medieval, donde hay matanzas por todas partes y donde nadie sabe qué le está pasando a los demás.

«Si muriéramos, nadie lo sabría. Si estuviéramos heridos, nadie lo sabría. Es una sensación aterradora no saber si tu familia y tus seres queridos están a salvo. Sin embargo, todo lo que pude hacer fue simplificar las cosas a esto: sí, esta es la situación en la que vivimos.

«Esperamos sobrevivir pero nos estamos desgastando e insensibilizando. Nos están arrebatando los sentimientos, nuestros hogares, nuestras pertenencias, nuestra familia, nuestros recuerdos, nuestras vidas. Nuestro país nos está siendo arrebatado.

«Cuando terminaba de escribir estas líneas, finalmente se restableció la comunicación y logramos contactar con nuestras familias.

«Alhamdulillah, hasta ahora estamos todos bien. Pero esta violencia brutal e injusta no tiene fin. Esto debe terminar. Rezamos y esperamos que la comunidad internacional pueda detenerla

Por favor, ayuda a  Islamic Relief a brindar apoyo a las personas que se encuentran en situación de extrema necesidad en Gaza. Dona a la Emergencia en Palestina ahora.

*Este blog se ha mantenido anónimo para proteger la seguridad de nuestro compañero.
Nota del editor: este blog se envió en medio de una situación que cambia rápidamente sobre el terreno y que desde entonces ha seguido deteriorándose. Esta información era correcta hasta la tarde del lunes 30 de octubre.
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