En respuesta a la decisión de la Knesset israelí de prohibir la presencia de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) en las zonas bajo control israelí, Islamic Relief comenta:
Israel está bombardeando y matando de hambre a los palestinos, y ahora, al prohibir el trabajo de la UNRWA, ha cortado una vía crucial para millones de personas. Esta decisión matará a muchas más personas, algo de lo que el gobierno israelí era plenamente consciente cuando aprobó la ley.
La decisión no debería sorprender a los líderes mundiales, que vergonzosamente han optado por no actuar mientras Israel pisotea el derecho internacional y bloquea sistemáticamente la llegada de ayuda humanitaria a familias desesperadas. El hambre y la negación de ayuda se están utilizando como armas de guerra.
Debe haber consecuencias por negar ayuda mientras los civiles mueren de hambre. Los gobiernos internacionales deben exigir que Israel revierta esta decisión y utilicen toda la influencia diplomática, económica y política a su disposición para presionar a Israel para que respete el derecho internacional.
Apenas unas horas después de que se aprobara el proyecto de ley contra la UNRWA, estamos viendo aún más horror en el norte de Gaza. Decenas de civiles más, incluidos muchos niños, han muerto cuando Israel bombardeó el edificio en el que buscaban refugio tras verse obligados a huir de sus hogares. Esta es sólo la última atrocidad en el continuo bombardeo al norte de Gaza que ha matado a cientos de personas en los últimos días y ha cortado toda la ayuda humanitaria a la vista de todo el mundo.
La gente de Gaza necesita desesperadamente comida, agua, medicinas y protección. Sin embargo, en un momento en que la ayuda debería aumentar masivamente, Israel la está obstaculizando aún más al prohibir la UNRWA.
La decisión tendrá un impacto catastrófico en las familias de todo el Territorio Palestino Ocupado. La UNRWA es el mayor proveedor de servicios esenciales no sólo en Gaza sino también en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, donde muchas de las familias más pobres que viven bajo la ocupación israelí dependen de ella para la atención sanitaria, la educación, el saneamiento y otras necesidades.