Más de 1,2 millones de palestinos se están refugiando en Rafah en condiciones apocalípticas, con mujeres y niños aterrorizados mientras los mortíferos bombardeos caen sobre Rafah a lo largo de la noche y, según se informa, las fuerzas israelíes se reúnen cerca.
Una invasión de Rafah tendría consecuencias humanitarias catastróficas. Inevitablemente causaría la muerte de miles de civiles, y una vez más desarraigaría a cientos de miles de personas y haría inevitable la hambruna. También causaría grandes retos para la respuesta humanitaria en toda Gaza, que tiene su base principalmente en Rafah, en un momento en que se necesita más que nunca ayuda para salvar vidas.
Los líderes mundiales deben hacer todo lo posible para detener la escalada en Rafah e incrementar los esfuerzos para garantizar un alto el fuego inmediato y el acceso de ayuda humanitaria.
Desde octubre, Rafah se ha convertido en uno de los lugares más superpoblados del mundo, con alrededor más de la mitad de la población de Gaza ahora hacinada en la pequeña zona a lo largo de la frontera con Egipto.
El equipo de Islamic Relief y sus socios en Rafah están distribuyendo suministros como alimentos preparados y agua, pero aun así, la ayuda no es suficiente y cientos de personas mueren de hambre y necesitan desesperadamente alimentos, atención médica y otro tipo de ayuda esencial.
Muchas personas huyeron a Rafah bajo las órdenes israelíes de abandonar el norte de Gaza, y ahora enfrentan órdenes de desplazarse otra vez.
Los civiles deben ser protegidos independientemente de si se quedan o se desplazan: ordenar a las personas que se vayan no exime a Israel de sus obligaciones bajo el derecho internacional humanitario de abstenerse de dañar a los civiles que no pueden, o eligen no irse.
La crisis humanitaria en Rafah empeora día a día. Muchas familias comparten una sola tienda de campaña, mientras que otras duermen bajo tiendas de tela o plástico, rodeados de aguas residuales.
El calor extremo de la semana pasada causó la muerte de al menos a dos niños en tiendas de campaña cuando las temperaturas superaban los 38 grados centígrados.
El equipo de Islamic Relief en Gaza describió las condiciones en las tiendas de campaña: «es como vivir en el infierno».
Es probable que se produzcan temperaturas similares en las próximas semanas y el calor, la falta de agua potable y saneamiento significan que se espera un mayor aumento en la propagación de enfermedades.
Gaza está ahora a semanas de sufrir una hambruna generalizada, mientras el bloqueo de Israel continúa limitando la ayuda a pesar de las repetidas promesas de permitir que llegue más ayuda.
La semana pasada, un promedio de poco más de 200 camiones por día pudieron entrar a Gaza, mucho menos que los 500 por día que entraban a Gaza antes de octubre y que siquiera cubrían las necesidades.
Israel continúa impidiendo el acceso humanitario al norte de Gaza, y las Naciones Unidas informaron que más de un tercio de las misiones de ayuda en el norte han sido bloqueadas en abril.
El ejército estadounidense ha anunciado que se espera que pronto finalice la construcción de un muelle temporal para entregar ayuda por mar, pero incluso si llega a estar en pleno funcionamiento su capacidad sería sólo una fracción de lo que se necesita.
Sólo un alto el fuego inmediato y un acceso humanitario total y sin obstáculos por tierra pueden garantizar que la ayuda llegue a las personas afectadas en cantidades suficientes.