jueves, 13 junio 2024

Al G7,

Los movimientos y pueblos de todo el mundo, desde el Hemisferio Norte al Sur, reiteramos nuestra demanda urgente y persistente para que el G7 proporcione financiamiento climático adecuado, incondicional, nuevo y adicional, público y que no genere deuda a los países en desarrollo. Recordamos al G7 que el pago del financiamiento climático es una obligación basada en sus emisiones históricas y continuas, lo que los convierte en los mayores responsables del cambio climático y sus impactos. También es un compromiso jurídicamente vinculante en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Nos negamos a aceptar la excusa de que los países del Hemisferio Norte no tienen los fondos públicos necesarios para entregar los trillones necesarios para cumplir con sus obligaciones. En 2022, los países del G7 gastaron más de 1 trillón de dólares en financiar guerras y conflictos. Sólo entre 2020 y 2021, los países del G7 comprometieron un total de 316 billones de dólares en subsidios públicos para los combustibles fósiles. Está dentro de las capacidades de los gobiernos del Hemisferio Norte redirigir estos fondos para el desarrollo y el financiamiento climático y recaudar más añadiendo impuestos a sus elites y corporaciones –muchas de las cuales son las principales especuladoras y contaminadoras globales– para recaudar fondos para el financiamiento climático.

Exigimos que el G7 dé prioridad a los debates sobre financiación climática en la próxima 50ª Cumbre. El pasado abril en Turín, los ministros de clima, energía y medio ambiente del G7 pidieron “medidas urgentes y mejoradas en todos los niveles, en todos los sectores y en todos los países para lograr la transformación hacia economías netas cero, circulares y positivas para la naturaleza”. Pero este llamado suena vacío sin la provisión de financiamiento climático adecuado por parte del G7.

El G7 debe tomar medidas inmediatas para brindar financiamiento climático que sea:

1) público: las inversiones privadas no deben ni pueden sustituir el financiamiento público, que es vital para la acción climática;

2) adecuado – basado en las necesidades de los países en desarrollo;

3) libre de condicionalidades que infrinjan la autodeterminación de los países en desarrollo;

4) compromisos financieros nuevos y adicionales a otros compromisos permanentes de los países desarrollados, como la ayuda oficial para el desarrollo.

El G7 debe pagar los trillones que debe en forma de subvenciones, en lugar de préstamos que deben reembolsarse con intereses, ya que los préstamos son contrarios al principio que subyace a esta obligación.

Cada momento de retraso resulta en pérdidas y daños que causarán un inmenso sufrimiento humano y costarán más dinero a largo plazo. Las recientes y desastrosas inundaciones en Dubai y el sur de Brasil nos recuerdan que la entrega de financiación climática nunca ha sido más urgente.

Ya es hora de que el G7 cumpla las promesas actuales que ha hecho en el marco de la UNFCCC. A medida que se acerca la fecha límite para el nuevo objetivo colectivo cuantificado, ha llegado el momento de que el G7 aumente sus compromisos y entregue una cantidad mucho mayor que su compromiso incumplido de 100.000 millones de dólares al año.

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