Um Abdulaziz es una mujer viuda que vive con sus 4 hijos en un campamento para personas desplazadas en Idlib, Siria.
“Perdí a mi esposo durante la guerra y ya no hay nadie para mantener a mi familia”, dice Um Abdulaziz. “Vivimos en condiciones de vida miserables y de extrema pobreza, y sufrimos grandes dificultades para obtener atención médica y medicamentos”.
Hay una escuela en el campamento donde vive la familia, pero los niveles de educación siguen siendo muy bajos. Um Abdulaziz depende de ayuda alimentaria y del apoyo de organizaciones humanitarias para cubrir las necesidades básicas de su familia.
“Comemos cordero una vez al año, cuando las organizaciones humanitarias nos lo ofrecen durante el bendito Eid al-Adha. El Eid tiene una gran importancia en nuestros corazones, por su vinculación a los rituales religiosos”, explica Um Abdulaziz.
Al recordar las celebraciones antes de la guerra, dice:
“Solíamos preparar la comida, las bebidas y los dulces más deliciosos y comprar ropa nueva unos días antes de la llegada del Eid. Nos reuníamos con la familia y comíamos carne de Qurbani. Eran días muy especiales.”
“Ahora, solo comemos carne una vez al año”.