«Consigo ingresos a través de la venta de medicinas tradicionales y toda la familia depende de mí. Mi discapacidad me impide cubrir todas las necesidades de mis hijas y la mayoría de las veces no puedo proporcionarles todas las comidas del día. A veces, mis vecinos nos dan de comer.
La prestación que recibo para una de mis hijas a través del programa de apadrinamiento de huérfanos nos sirve para comprar alimentos. No recuerdo la última vez que comimos carne, mis hijas y yo pasamos meses sin probar un bocado de carne. Es muy difícil comprar carne aquí, el kilo puede costar más de lo que cobro en una semana.
No tengo estudios, pero sé que la carne tiene un valor nutricional importante y, por lo tanto, su falta puede acarrear consecuencias negativas. Mis dos hijas son pequeñas y necesitan alimentarse bien para estar sanas y fuertes.
Doy las gracias a Allah por estar viva. Ser una persona con movilidad reducida en Malí es muy difícil y todo un desafío, ya que no hay carreteras ni alojamientos adaptados. Vivo en una habitación individual con mis hijas sin luz, agua, cocina ni baño. Me cuesta conseguir agua por mi discapacidad y mis hijas son demasiado pequeñas para poder ayudarme. Dependo de la gente y muchas veces no es fácil encontrar a alguien que nos ayude.
Eid al-Adha significa mucho para mí. Estoy muy agradecida con Allah por permitirme celebrar este Eid. El paquete de carne que recibimos a través del programa de Udhiya es muy importante para mí y mi familia. Ésta es la segunda vez que lo recibo. Antes solíamos pasar muchas fiestas sin comer carne. De vez en cuando algunos vecinos generosos nos daban carne. Mis hijas están muy contentas porque Islamic Relief nos distribuye carne de Udhiya. Estoy muy agradecida con Islamic Relief y sus generosos donantes, ya que, sin ellos, estaría pidiendo limosna en la calle en estos momentos. Que Allah les bendiga a todos».