Con una población de 18 millones de personas, Mali se sitúa en el puesto 184 de los 188 países que aparecen en el Índice de Desarrollo Humano (HDI en inglés) del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP por sus siglas en inglés). De acuerdo con el Informe de 2020 del Panel General de Necesidades Humanitarias (HNO en inglés), 3,7 millones de personas en Mali carecen de acceso a agua potable, de las cuales 1,4 millones necesitan ayuda humanitaria urgente.
En el contexto cultural de Mali, las mujeres son las principales proveedoras de agua en el hogar, lo que significa que, de acuerdo con la información recogida de las comunidades, las mujeres y los más jóvenes (chicas y chicos) pasan dos tercios de su tiempo buscando, o recogiendo, agua de pozos naturales desprotegidos que todavía no se han secado por completo. Las dificultades que existen a la hora de conseguir agua contribuyen a que los más jóvenes no asistan a clase, así como también reducen el tiempo que las mujeres pueden dedicar a hacer otras actividades. Además, extraer agua de pozos naturales es una actividad verdaderamente ardua y difícil que consume mucho tiempo.
Según el contexto dado, el agua limpia y potable es una comodidad preciada y escasa dentro de la comunidades beneficiarias, y como evidencian las tasas de cobertura de agua potable, esta no es accesible para la gran mayoría de los miembros de las comunidades de estas aldeas, incluyendo a los huérfanos apadrinados que viven en ambas localidades.